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Ph.: Federico Romero

      Fabián Uset nació en Capital Federal, Argentina, el 10 de noviembre de 1962. Apenas once años después tomó contacto con la fotografía, en su primer (y único) curso básico. De ahí en más todo fue intuición y con la ayuda de libros especializados, inició el camino que lo marcaría para siempre.

   Autodidacta por naturaleza, después de recibirse de bachiller en el Colegio San Martín, de Avellaneda, cursó una serie de carreras muy dispares entre sí. Primero probó ser Analista de Sistemas, en el Instituto O.R.T.; posteriormente intentó con la carrera de Arquitectura, en la Universidad de Belgrano y luego en la Universidad de Buenos Aires; y por último, se recibió de Técnico Nacional de Vóleibol, en el Instituto Nacional de Deportes.

      Pero de nada sirvió todo ésto. Su verdadera vocación había nacido mucho tiempo atrás. Por eso, finalmente decidió trabajar en un negocio de artículos fotográficos. Allí un compañero lo invitó a realizar un curso de iluminación, en la Escuela de Fotografía de Barabino Devoto, al mismo tiempo, que lo incursionó en la fotografía social. Pero como buen escorpiano, quiso ir por más y eligió dedicarse también al periodismo. La pasión que lo movilizó definitivamente. En febrero de 1995 se presentó a una entrevista en la Editorial Perfil. A los quince días ya estaba trabajando para nueve revistas de la empresa.

     En el 2002 decidido a seguir creciendo profesionalmente, ofreció sus servicios a la Editorial Atlántida y desde entonces hasta la fecha, integra el staff de la Revista Gente, q lo llevó, no solo a recorrer el mundo, sino q ademas a publicar cinco libros fotográficos.

     Entre sus coberturas mas destacadas, debemos mencionar; su viaje a las Islas Malvinas en el marco de cumplirse 25 años de la guerra, la cobertura del Terremoto de Perú en el 2007 y el encuentro con el Papa Francisco en la residencia de Santa Marta (Vaticano) junto al entonces Gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli, entre otras tantas.

COMENTARIOS

             â€œ Hay quien dice que somos instantes, minúsculos retratos de momentos que se van sucediendo unos a otros invariablemente, conformando infinitas biografías evanescentes, aristas por donde podría ir nuestra vida si nos aferrarnos a esa isla, a ese segundo, con las uñas y las entrañas. Pero no lo hacemos, porque somos instantes, porque como el río, nosotros tampoco podemos volver a ser nunca lo mismo. Hay sin embargo una pequeña secta de románticos que lo saben y lo combaten. Hombres con fuego en mano que persiguen incansables esos retratos que al resto se nos pasan de largo. Fabián Uset es de ellos, caballero de la orden que ha recorrido el mundo con su cámara al hombro, siempre en busca de perpetuar lo que su ojo -tierno, sensual, enajenado-, percibe. Hombre de vida agitada, sus fotografías capturan el alma que a simple vista él nunca podría encontrar. Pero lo hace, mira por el lente de su cámara y muta por gracia estética en pintor, en músico, en villano. Cuando dispara, acompasado por sus clicks nerviosos, la realidad se detiene, y algunos instantes de pronto sobreviven. Ver sus fotos sin embargo no es ver lo que creíamos estar viendo. Arremolinadas en el silencio, la sensibilidad y la pericia convierten sus placas en un juego de luces y de espejos que reflejan mucho más que lo evidente. Amante furioso de los colores y las texturas, exalta eso que solo él descubre, y lo deja en evidencia con su arte. Conocer a Fabián Uset es, en lo personal, un peligro, es vivir sabiendo que en cualquier momento, cuando el lente se contraiga, su fotografía puede hacerme ver lo que ni yo conocía de mi mismo. Pero es la labor de los verdaderos artistas, incomodar a los que se conforman. Si lo que dice el poeta Gonzalo Millán es cierto, que "el dolor se talla y detalla", Fabián Uset hace honor a esa premisa y al reverso: la belleza, la que esta detrás de todo, también parece ser tallada y detallada gracias a sus fotos."

Joaquin Sanchez Mariño - Periodista diario La Nación

                      â€œ La ansiedad que describe a Fabián Uset no se escapa de su forma de hacer fotos. Antes de ponerse a trabajar, con su clásica electricidad que lo caracteriza, el artista acostumbra a tener todo resuelto: elige el lugar, distribuye sus flashes (si son necesarios) y piensa la mejor manera de comunicar el mensaje periodístico de la fecha. Esa coyuntura es lo que mejor hace. Las luces son, precisamente, el espejo de una sensibilidad disimulada en un hombre de pasiones fuertes. Pero su brío se calma en el trabajo. Su vehemencia se hace armonía, los colores se equilibran y los encuadres nunca desentonan con la prolijidad del producto final. Sus obras son la energía que lo conectan con la tierra, el ancla que todo artista necesita para sentirse vivo. Si Fabián es un huracán en la vida real, sus fotos son el opuesto: tranquilidad, mesura y buen gusto. En cada uno de sus disparos, este reportero gráfico calca los interrogantes de sus modelos de turno en un marco armónico que es la fotografía. Y cuando habla de su profesión, Fabián todavía conserva la ingenuidad de los niños, mezclado con el oficio y el amor por hacer lo que mejor sabe: embellecer la realidad, darle un sentido estético a los desequilibrios del mundo."

Juan Cruz Sanchez Mariño - Periodista Revista Gente

                       â€œ En las redacciones hay una interna clásica: fotógrafos vs. redactores. Desde mi lugar -de redactora- no hay nada que me ofusque mas que trabajar con alguien que espera órdenes, cumple con su trabajo siempre con un no en la boca o cree que su misión se reduce a disparar la cámara de fotos. Con Fabián esta claro que el trabajo es en equipo. En la cobertura de la muerte de Alfredo Yabran (1998) él apretaba el acelerador -mientras yo pensaba que nunca en mi vida me hubiera animado a andar a esa velocidad- Y los dos pensábamos en la necesidad de cubrir la noticia, lo mejor y más ampliamente que se pudiera. Como tampoco nos hubiéramos atrevido a bajar en una villa miseria, como lo hicimos en el Gran Buenos Aires o en el Gran Rosario, sino fuera por buscar a la mamá de diez hijos que se ligó las trampas o al maestro que echaron por enseñar educación sexual. Parte de este trabajo es eso:

apretar el acelerador, olvidarse del miedo, hacer lo que una nunca hubiera hecho. Nunca aceptar un no. Y pelear por una palabra, por una foto. En 1999, en la cobertura por la masacre de Villa Ramallo, se subió a una ventana del Banco. Y disparó. Adentro, estaba Zulema Yoma y él consiguió esa foto, que ningún otro tenia. Ser fotógrafo es eso: disparar aunque no se sepa, disparar por intuición, por las dudas. Que la cámara mire más que los ojos. Para ser reportero gráfico se necesita más que ser fotógrafo. Se necesitan ganas, pasión, convencer a los entrevistados, manejar, aburrirse, esperar, ser ingenioso. Saber que una revista se hace en equipo. Saber que detras de cada foto hay una gran historia. Saber llegar y saber mostrarla. Creo que Fabián Uset es un reportero gráfico. Y por eso vale la pena mirar -descífrar- sus fotos."

 

Luciana Peker - Periodista diario Página 12

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